Mumia Abu Jamal es un periodista y activista afro-americano que fue sentenciado a la pena de muerte por alegadamente asesinar a un policía del estado de Filadelfia el 9 de diciembre de 1981.
Mumia Abu-Jamal participó de la organización MOVE. Esta organización surgió en Filadelfia a principios de los años 70, caracterizándose por traer “dreadlocks” en el pelo, adoptando el apellido de África como principio de unidad y comprometido con sus creencias enseñadas por su fundador, John Africa. Además de esto, los MOVE cuidaban de las mascotas de los vecinos, ayudaban a los indigentes a encontrar lugar para dormir, ayudaban a los ancianos, intervenían en la violencia entre las pandillas locales, ayudaban a la gente encarcelada, personas con problemas de droga y alcoholismo, discapacidades físicas y muchas otras. Al parecer, su único crimen ante el estado de Filadelfia era su color de piel. A veces no me explico como se puede desatar tanta violencia por una raza la cual no es posible escoger al nacer. Fueron tantas las injusticias cometidas por la policía de Filadelfia para este grupo de personas, que si se suman para dictar un veredicto, la pena de muerte o cadena perpetua no serían castigo suficiente.
Mumia Abu-Jamal participó de la organización MOVE. Esta organización surgió en Filadelfia a principios de los años 70, caracterizándose por traer “dreadlocks” en el pelo, adoptando el apellido de África como principio de unidad y comprometido con sus creencias enseñadas por su fundador, John Africa. Además de esto, los MOVE cuidaban de las mascotas de los vecinos, ayudaban a los indigentes a encontrar lugar para dormir, ayudaban a los ancianos, intervenían en la violencia entre las pandillas locales, ayudaban a la gente encarcelada, personas con problemas de droga y alcoholismo, discapacidades físicas y muchas otras. Al parecer, su único crimen ante el estado de Filadelfia era su color de piel. A veces no me explico como se puede desatar tanta violencia por una raza la cual no es posible escoger al nacer. Fueron tantas las injusticias cometidas por la policía de Filadelfia para este grupo de personas, que si se suman para dictar un veredicto, la pena de muerte o cadena perpetua no serían castigo suficiente.
Hace unos días atrás la corte federal de apelaciones de Estados Unidos ordenó reexaminar la condena a muerte de Mumia Abu-Jamal. Se espera que tenga una nueva audiencia en los próximos seis meses, aunque no se ha cambiado su veredicto de culpabilidad por el asesinato de Danny Faulkner. Considero que ya ha pasado tiempo suficiente para decidir que van a hacer con la vida de Mumia Abu-Jamal. Sólo espero que el juez encargado del caso sea una persona justa y sensata capaz de dejar a un lado el racismo, el cual se ha visto durante años, para poder elegir la mejor decisión. Hasta el día de hoy el caso de este reportero permanece en el aire, no obstante, sus días en la prisión no han sido en vano. Como vivo ejemplo de su lema favorito “Sin lucha, no hay progreso”, Abu Jamal ha canalizado su dura experiencia a través de su escritura publicando ensayos, grabado programas radiales y hasta escrito libros en los que aboga por la justicia racial, entre otros temas.
Dicho asunto ha generado una serie de opiniones y especulaciones diversas entre las masas a nivel mundial alimentando la duda e indiferencia sobre los medios de comunicación que lentamente se ha planteado en la mente del público consumidor.
Nos preguntamos si de hecho el gobierno está cumpliendo con su labor y juramento hacia la Constitución de su país o si se está cometiendo una injusticia y violación a los derechos humanos de este individuo que ha vivido 30 años de su vida en la cárcel. Más aun, cuestionamos si efectivamente Mumia es culpable de su convicción, ¿será la pena de muerte la opción correcta? Puesto que en un gobierno cuya constitución defiende perennemente a los derechos del ser humano, ¿el destino propio no es un derecho innegable?
